La choza de chuchu
La choza de chuchu
Ubicada en el corregimiento de Santa Elena, municipio de El Cerrito, en donde se encuentra la única casa viva del conocimiento del Valle del Cauca en la Choza de Chuchú, Walter Balcázar López, poeta y artista de esta tierra, que él aprendió a sentir como ninguno con sus pies descalzos, que desnudó hace tres décadas, “quitándose un estorbo de cada pie”, como él afirma en uno de sus poemas, para poder reinterpretar el universo y su pueblo Santa Elena, enclavado en el corazón del paraíso vallecaucano.
En las casa grandes había campanas qué eran utilizadas para llamar al trabajo, a la comida y al descanso en las grandes casas de campo y en esta casa siguen los recuerdos de aquellas épocas.
Ya en el interior de la Choza de Chuchú, casa museo, lo primero que nos encontramos es un hombre que transpira el amor por esta tierra cuando nos invita a posar nuestra mirada en cada uno de los espacios que ha creado y en donde se exponen varios elementos que él ha recopilado con esfuerzo a través el tiempo, como es la biblioteca,recreada con una pintura alegórica a la obra María con sus protagonistas
Barbería, el tertuliadero con las primeras sillas de odontología
Seguimos el relato apasionado de nuestro anfitrión para ingresar a la barbería que era el tertuliadero de los pueblos, un sitio que el construyó al estilo de aquellas primeras peluquerías y hoy, salas de belleza, contándonos con mucha gracia como en estos pueblos lejanos en el tiempo, hubo las primeras sillas adaptadas para el servicio odontológico, que de pronto ante un terrible y agobiante dolor de muela y la ausencia de un profesional de los dientes, tocaba utilizarlas.
Neveras sin energía
Neveras que conservaban carnes y alimentos sin energía y más que amigables con el medio ambiente, eran las tinajas de barro cocido que había en aquella época y que cumplían el mejor papel de refrigeración, como lo muestra Chuchú en su choza.
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